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Relato Travesti Isabelly Dior: siempre genial en Mallorca


RELATO TRAVESTI ESPAÑA: Isabelly Dior: siempre genial en Mallorca

Autor : Badmotor2008

Isabelly Dior: siempre genial

He tardado unas semanas en publicar este relato porque no sabía si hacerlo. La desidia que impera en el foro en los últimos tiempos es contagiosa y acaba afectándonos a todos. Se participa poco y se comparte menos. Al final, el formidable momento que me hizo pasar Isabelly me ha hecho recapacitar. Total, que aquí está.

Ya no tenemos que hablar cuando quedamos. Ella sabe perfectamente lo que me pone. Además, lo recuerda pase el tiempo que pase entre nuestros encuentros. Aunque en los últimos meses ha habido unos cuantos, la verdad. Como no hay dos sin tres, me planté en su piso antes de que abandonara Mallorca. Tercer miércoles de diciembre. Final de la tarde. Esto es lo que pasó.

Salgo del ascensor y encuentro la puerta del piso entreabierta. Empujo, entro y la veo sentada en una silla. Desnuda. Bueno, en realidad llevaba tacones. Polla tiesa en mano. Me saluda maliciosamente. “¿A qué esperas?”... me dice. “Venga, a trabajar”... añade. Esta vez, no hay besos de bienvenida. Estamos en el vestíbulo de la vivienda. Me agacho y empiezo a chupar su glande. “Cómetela entera, anda”... y según lo dice, ya me coge de la cabeza para manejar la situación. Obviamente, me la hace tragar enterita. “Quítate la ropa. Toda”... escucho. Me levanto, me desvisto y tiro mi ropa por el suelo. Vuelvo a la posición de rodillas y sigo trabajando. Agarra mi cabeza mostrando cómo debo hacerlo. La veo con ganas. Ella me masturba. Frota sus pies con mis pelotas. Se levanta sin sacarla de mi boca. Llegan sus sacudidas, fuertes desde el primer momento. Y mis arcadas. Saca su pollón embadurnado en saliva. Escupe en mi cara. “Ponte en la silla, de rodillas y con el culo hacia fuera”... ordena mientras desaparece momentáneamente. Regresa con condones y lubricante. Me va a follar ahí mismo. Goma, lubricante y me la clava. Pero la postura es un tanto incómoda. Además, no logra metérmela hasta el fondo. “Ponte de pie, con las manos sobre la silla”... dice a continuación. Me hace separar las piernas, abandona los tacones y entra de golpe. “Ahora sí”... suelta. Con nuestros cuerpos encajados, sacude a lo bestia. Me hace gritar. “Hoy no habrá piedad”... escucho. “Baja la cabeza hasta la silla”... añade. Con sus manos empuja mis lumbares arqueando mi espalda. Con mi culo en alto, vuelve a follarme a saco. En plan violación. Chillo pero me mola. Ella lo sabe bien. “Vamos al cuarto”... me dice.

“Dejaré que decidas como quieres que te folle primero”... escucho. ¡Qué cachonda! ¡Pero si ya me la ha clavado!... pienso yo. “Tumbado boca arriba”... respondo. A cuatro patas y con la fuerza con la que ha empezado hoy, me destroza. Lo sé bien. Cojín a mi espalda. Lubrica sus finos dedos y los mete en mi culo. Levanta mis piernas y mete su pollón. Hasta el fondo. Se echa encima de mí y sacude en plan metralleta. A su estilo, sin perder centímetros. Empuja mis piernas hacia mi cabeza dejando mi culo arriba del todo y sin obstáculos. Embiste con furia. Chupo sus pezones. Ella escupe en mi cara. Sale, se quita el condón y me pone a mamar. Es un decir, porque en realidad lo que hace es follarme la boca. Se levanta de la cama en busca de otro condón. Señala una de las esquinas de los pies de la cama para que me ponga ahí. Obedezco. Me la clava desde atrás, ambos de pie. Apoyo mis manos sobre el colchón para que sus intensas sacudidas no me tumben. Aguanto su ritmo, pero no puedo evitar chillar. “Túmbate en la cama”... ordena. Antes de volver a entrar, abre una de mis piernas para elevar mi culito sobre el colchón. Penetra y sacude a buen ritmo. Empuja mi cabeza contra las sábanas. Cachetes y más follada de culo. Me la saca, fuera condón y a mi boca. Pellizcos en mis pezones. No hay respiro. Ahora se tumba ella para que yo mismo me folle. Me coloco mirando hacia ella, encajo pollón y bajo. “Fóllate tú mismo”... escucho. Lo hago y ella sigue torturando pezones. Me masturba. Me folla. Me encanta cuando la tengo dentro de mí y puedo además deleitarme con la exótica belleza de su cuerpo. Contemplo su bello rostro y su cara de vicio. “A cuatro patas en el borde de la cama”... me dice. “¡Aguanta... eh!”... añade. Toca más caña. Ella se coloca de pie y me la clava hasta el fondo. En esta postura me destroza. Por la razón que sea, nuestros cuerpos se acoplan de manera perfecta así. Además, a Isabelly le encanta encularme desde atrás. Con lo cual, empuja con más potencia todavía. Tremendo. Me da la vuelta para follarme de cara. No baja el ritmo. Abre mis piernas con sus manos y nuevo taladreo. Más escupitajos. Cruza mis piernas y sigue dándome caña.

Traslado al baño. “No me toques... solo mírame”... me dice. De rodillas me masturbo esperando mi premio. Lluvia discontinua. El primer chorro directo a mi boca. Riega mi pecho, mi polla y vuelve a mi boca. Deja de llover. Pero vuelve, con más fuerza esta vez. Descarga en mi boca y mi pecho. Trago todo lo que puedo. Una delicia. “Límpiala bien”... ordena. Su polla está en estado de semi-erecto. Lo hago y crece rápidamente. “Ni se te ocurra correrte antes de que lo haga yo”... me suelta. Comienza a masturbarse. Paso mi lengua por sus huevos. Los meto en mi boca y juego con ellos. Ella sigue pajeándose. Gime, jadea y yo observo desde abajo. Justo cuando explota, chilla al ritmo que marcan sus espasmos. Su corrida salpica mi cara. Abro mi boca y recibo su leche. Bien calentita y de consistencia líquida. Saboreo y trago. Una vez deja de temblar, relamo y limpio bien. “Ahora tú”... me dice. “¿Necesitas ayuda?”... añade. Afirmo con mi cabeza y me la casco con su polla aún en mi boca. Se agacha aproximando su cara a la mía. Escupe en mi boca y coloca sus dedos en mis pezones. Presiona. Presiona más. “Córrete. Dámela ya”.... escucho. “Cuanto más tardes, más presionaré”... añade. Y lo hace. Pero lejos de molestarme, me excita más. Entro en una fase en la que deseo retardar mi orgasmo disfrutando del dolor. Cuanto más cerca estoy de la explosión, mayor presión soporto y más placer siento. Sueña extraño pero es así. Y su cara de chica mala pegada a la mía me pone todavía más. Me corro. Tiemblo y sigo corriéndome. Intenso es poco. Brutal. Isabelly suelta mis pezones.

Así ha sido nuestro octavo encuentro. Todo transcurría de manera vertiginosa. No había lugar a pausas. Isabelly ha ido en quinta marcha desde el principio. Mi culo estaba más tragón que la semana anterior. Ella lo ha notado y ha aprovechado la oportunidad para darme bien. Su recibimiento, polla en ristre, una declaración de intenciones. Follada de boca nada más veme. Follada de culo en mil posturas. Follada de boca en los cambios de postura. Escupitajos. Pellizcos en mis pezones. Se mea en mi cara y se corre en mi boca. Me maneja como quiere. Y me encanta. Por cierto, este encuentro debería haber sido distinto. Habíamos programado un trío con una amiga suya pero ese mismo día nos avisó para decir que no se encontraba bien. Tema pendiente.

Ducha y su inteligente charla en la cama. Me trae bebida fresquita. Como siempre, un verdadero placer compartir mi tiempo con Isabelly. No hablo solo por el sexo. Sigue en lo más alto de mi lista. Nos despedimos hasta su próxima visita a la isla.

Por cierto, aparte de los tacones y el pollón en todo lo alto, no he descrito cómo me recibió. Melena rizada suelta, perfectamente maquillada y uñas en rojo intenso. Su olor, exquisito. La estampa, similar a la de la foto de sus anuncios donde aparece sentada en el borde de la cama. Aquí adjunto otra foto porque aquella la he usado en más de un relato.


Publicado el January 29, 2016 at 12:00 am

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