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Relato Travesti Inicio en el sado con Jully en El Puerto de Santa María


RELATO TRAVESTI ESPAÑA: Inicio en el sado con Jully en El Puerto de Santa María

Autor: Mojador

Me doy cuenta que los años de juventud van llegando a su fin, así que cada día estoy más decidido a aprovechar el tiempo a tope y este verano me he despendolado. Menos a mi mujer me he (han) follado a todo ser viviente que se ha puesto a mi alcance, incluyendo tíos, tías y transexuales. Ha habido polvos memorables, otros anodinos y otros para olvidar.

Uno de los mejores fue con una chavala que en mitad de la faena me soltó dos bofetones y me agarró del cuello apretando sin parar de cabalgar. Aunque al principio me sorprendió me dio un morbo tremendo y despertó una de mis viejas fantasias, practicar el sado.

Como no me pienso morir sin probar nada que me apetezca, aproveché una semana en las playas del sur para quedar con Jully Caldas, con quien ya había estado en una sesión de masaje y recordaba que anunciaba algo de eso en su página. Quedé con ella, en el Puerto de Santa María, pedía 150 pero sin prisas y pasándonos de la hora si era preciso. Acordamos para empezar sado light, sin marcas y con cuidadito en el culo, no me apetece estar sangrando durante un mes. Ha cambiado de casa, ahora está por el centro en un edificio antiguo pero con pocos vecinos, el piso decorado con personalidad.

Me recibe vestida de lencería negra, paso al servicio, me desnudo, le pago y, ya con un antifaz en la cara, me entra a una habitación donde hay una camilla-sillón articulada y robusta, debe ser de masaje, aunque me recuerda a la de los dentistas. Sin decir nada me ata las manos a los reposabrazos, me ata las piernas y me pone una bola de esas en la boca, abrochada a la cabeza. Sale a la habitación de al lado y vuelve cargada con un arsenal de aparatos que a alguien cuerdo le darían miedo. Me pone una goma en los huevos y otra en la base del pene. Comienza con una especie de peine metálico a arañarme la piel, me pasa una fusta por todo el cuerpo de forma suave, levanta la pierna y con los tacones me da golpes en los testículos. Yo estoy nervioso, pero no preocupado, y a ella la veo muy tranquila, inexpresiva, fría, casi apática, no sé...esperaba algo diferente...iluso de mi...

Poco a poco los golpes con la fusta son más fuertes y llega uno que me da en un testículo (lo tenía tocado de antes, debía habérselo comentado) que hace que bote de dolor con tanta fuerza que la cuerda de un brazo se desata, escupo la bola, que no estaba atada muy fuerte y se me escapa un "PUTA!!" que no sé si iba dirigido a ella o era simplemente una expresión de dolor. El caso es que Jully, muy lentamente, me ata el brazo de nuevo y, hablando por primera vez, me dice "Yo soy la ama y tu el sumiso", en ese momento su cara cambia de expresión, reflejando odio y vicio a la vez, me agarra fuerte por el pelo y me suelta "aquí la única puta eres tú" y comienza a soltarme guantazos y a escupirme en la cara.....guaaaaaaa!!!! Uffff, Jully no es como la chavala con la que estuve, de 20 años y 50 kilos, si no que es una trans alta, con unas manos fuertes de los masajes y experimentada en el sado, joder qué ostias soltaba...

Se ponía por el respaldo y con el brazo me apretaba el cuello asfixiándome, yo jadeaba buscando aire, expresando dolor pero también muchíiiisimo morbo y placer. Lejos de venirme abajo, como un animal, le enseñaba los dientes y le gruñía, para mostrarle que no me doblegaba y ella seguía cogiéndome de la cabeza, dándome fuerte con la fusta para pasar luego a chuparme el rabo, tetas y huevos. No sé si os ha pasado alguna vez que cuando estáis muy excitados sentís un hormigueo en los dedos de los pies y las manos, supongo que es porque se acumula tanta sangre en el nabo que no llega a las extremidades, pues yo notaba ese hormigueo hasta los codos y las rodillas, no me había pasado nunca. Me debió ver tan acelerado que me preguntó si había tomado coca!?!! Mueca (no lo he hecho nunca, y por lo visto no me hace falta para ponerme a tope).

Tras un rato en ese plan, me desató los brazos, me puso una cadena en el cuello y me ordenó "de rodillas, a pasear, perro!" y fuimos así hasta el dormitorio, dando varias vueltas. Yo tenía el bulto de su polla casi a la altura de mi cabeza, y ardía en deseos de comérsela. Varias veces me abalancé (andando a cuatro patas) hacia él gruñendo como un animal en celo y me reprimía con fuertes golpes de la correa. En uno de esos yo la empujé con tanto ímpetu que tuvo que retroceder varios pasos para no caerse. En ese momento no sabía muy bien por qué lo hice pero ahora creo que fue porque quería que me castigara.

"Perro malo, vas a aprender a obececer", me dijo, me puso la cabeza en la cama, yo todavía de rodillas y se sentó encima de ella, dando botes mientras que con una almohada me tapaba fuerte la cara. Me costaba respirar, pero no me rendía, intentaba liberarme, hasta que después de un par de minutos, agotado paré. En ese momento me di cuenta que mi glande estaba goteando totalmente mojado y lubricado.

Jully se levantó y yo ya ni me moví, estaba a su merced. Cogió un látigo y me golpeó varias veces, alguna con la cadena de metal de la correa de mi cuello, eso dolió de verdad, pero ya reprimía mis quejas, quería mas. Comenzó a meterme un dedo por el culo, me masajeó con habilidad durante mucho tiempo la próstata...aaaaaahh...después pasó a un pequeño consolador que vibraba, preparándome para lo que vendría después. Yo ya quería polla y echando una mano hacia atrás busque su paquete, le agarré su rabo, comencé a meneárselo y creció pronto, tiene un buen calibre.

Ella estaba ya a tope, se le notaba con ganas de pasar a la siguiente fase, así que rápidamente, se enfundó una goma y comenzó a follarme la boca, cogiéndome del pelo me la metía hasta la garganta, me hubiera gustado que siguiera más tiempo, pero ella quería metérmela ya. Poco a poco, recordando mi petición, comenzó a metérmela. Un poquito de dolor al principio pero me había dilatado bien y entró pronto. Allí comenzó una follada bestial. No sé cuánto tiempo estuvo bombeando, conmigo de rodillas, de pie agachado, pero sobre todo tumbado boca abajo en la cama con ella totalmente encima de mi, aplastándome, clavándome esas tetas grandes y duras que tiene en la espalda. Yo estaba disfrutando como una perra, qué forma de gozar joder... sin sacármela nos fuimos al espejo que hay en la pared, casi desde el suelo hasta el techo y me dijo "quiero que veas bien como te follo" y allí siguió dándome caña. Casi me corro ahora de recordar esa imagen del espejo, yo de pie, doblado, ella empujando con fuerza, cogiéndome del collar de mi cuello...

Volvimos a dar un paseo de rodillas, me dio de beber agua como a un perro, me puso otra vez con la cabeza sobre la cama, salió a la habitación de al lado, yo no podía parar de gemir de placer, era como si todavía me estuviera follando, y volvió con un consolador gigantesco...ostias pensé. "Mi ama, eso no me va a caber"- "calla perro", cuando empezó a metérmelo pasé a - "con cuidado mi ama", pero me había dado tal paliza en el ojete que yo creo que a esas alturas, no sin alguna dificultad y dolor, me cabía cualquier cosa.

Tras otra follada así me ordenó, "túmbate y córrete", me quitó las gomas de los testículos y la polla y empezó a contornearse y bailar sensualmente delante de mi. Yo como un posesó me puse a meneármela. Cuando vio que me iba a correr se arrodilló a mi lado y empezó otra vez a darme golpes en la cara, a cogerme del pelo y a taparme la boca y la nariz... me corrí escupiendo chorros de semen a una distancia que hacía años que no llegaba...bestial.

Me tuve que quedar un buen rato en el suelo tumbado para recuperarme, luego un poco de charla, ducha y me fui habiendo hechado uno de los polvos de mi vida... REPITO FIJO.

Salud



Publicado el May 30, 2016 at 12:00 am

Relatos Travestis Bilbao: Inicio en el sado con Jully en El Puerto de Santa María


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